Sabemos que dentro de cada ser habitan energías Femeninas y Masculinas. Entramos en una Era en dónde la Energía Femenina precisa despertar. Un despertar que se expresa desde el interior de cada uno, aflorando virtudes y dones incalculables que yacen y emanan de la vida sagrada.
La Energía Femenina, en estos tiempos, es la que puede sanarnos como seres humanos de nuestras heridas, miedos y patrones negativos originados por conductas condicionadas en el transcurso de las épocas (sometimiento, sumisión, ansia de poder, competitividad, baja autoestima, etc.)
Todo esto es necesario que lo sanemos para que ambas energías, Femenina y Masculina, estén equilibradas y aspectadas de manera adecuada; así conseguir la Unión Verdadera entre los Hombres y Mujeres. Equilibrio imprescindible para la evolución del Ser Humano y del Planeta en estos tiempos de cambio y transformación.